6 jul 2014 Madre de la Salvación: Colaboraré muy de cerca con mi bienamado Hijo, Jesucristo, en Su último acto para salvar a la humanidad

12.02.2015 23:09

Domingo 6 de julio de 2014 a las 14:25 hrs.

Mi hija, mi tiempo como Madre de la Salvación, en el que colaboraré muy de cerca con mi bienamado Hijo, Jesucristo, en Su último acto para salvar a la humanidad, ha sido firmemente establecido. 

Yo, por tanto, y a partir de este día en adelante, haré todo lo que se requiera de mí para responder a Él a medida que Él interviene en los asuntos del mundo para revelar Su Misericordia. 

El camino a la salvación es muy difícil, ya que nunca es fácil abrir los ojos de los ciegos a la Verdad. No hay nada más frustrante que presenciar a esas pobres almas, que no pueden ver porque se niegan a hacerlo. La terquedad del hombre es una gran barrera y a causa de esto, grandes actos de oración y sacrificio son requeridos por todos aquellos que son bendecidos con la Luz de Dios en sus corazones. Será vuestra generosidad de libre albedrío(por voluntad propia), cuando traéis a mi Hijo el regalo que Él desea, lo que permitirá que el Espíritu Santo descienda sobre las almas que están en gran necesidad de la Misericordia de mi Hijo.

Puede ser un gran desafío proclamar la Verdad, solo por medio de vuestra fe. Pero aunque muchas personas son fieles a mi Hijo, ellas no tienen el don de la percepción. La fe ciega en Dios es un gran Regalo y es entregado a aquellos que son tiernos de corazón y carentes de ego. Levantaos pues, queridos hijos, y preparaos para la gran batalla por las almas. Será la tarea más grande, incluso para los más fuertes entre vosotros. Permitidme a mí, vuestra Madre, que os guíe en los tiempos que se avecinan, porque Yo soy vuestra Abogada y Jesucristo me ha dado grandes Gracias por lo que voy a ser capaz de llevaros conmigo a lo largo del camino hacia la gran gloria. 

Id en paz para amar y servir a Dios. Porque a aquellos que  le seguís, como niños, toda Protección se os concederá.

Vuestra amada Madre

Madre de la Salvación