30 ene 2012 Virgen María llama a un día de oración y ayuno como preparación para el Aviso

05.08.2013 21:58

 

Lunes 30 de enero de 2012 a las 13:00 hrs.

Este mensaje fue recibido por María Divina Misericordia después dos apariciones separadas de la Virgen María. Una que tuvo lugar a la media noche del 29 de enero y la segunda a las 13:00 Horas del lunes 30 de enero del 2012, durante las que,  la Virgen Madre apareció muy afligida todo el tiempo.

 

Hija mía, mientras mi Hijo viene ahora a cubrir al mundo entero con Sus rayos de Misericordia, es con un corazón pesado, que Yo debo decirles que mucha gente morirá durante el Aviso.

Recen, recen, recen por las almas de ellos.

Tu, mi niña, debes pedir a todos los seguidores de estos mensajes Divinos, designar mañana martes, 31 de enero 2012, como un día especial de oración.

Este día deben rezar el Santísimo Rosario y la oración de la Divina Misericordia.

Si les es posible, todos deben tratar de ayunar en este día. De esta manera más almas, especialmente aquellas en pecado mortal, al momento de la muerte, pueden ser salvadas por la Misericordia de mi amado Hijo Jesucristo.

Lloro lágrimas de dolor por aquellas pobres personas, que no tienen idea de cuánto dolor y angustia causan a mi Hijo sus pecados.

El gozo del don que mi Hijo ahora trae al mundo, está teñido con tristeza por los que no pueden ser salvados por su propia elección.

Las mentiras que brotarán y se difundirán por todo el mundo, por las almas oscuras, después de que el Aviso se lleve a cabo, deben ser detenidas a través de las oraciones de ustedes.

Recen para que nadie niegue la Divina Misericordia de mi Hijo durante o después del Aviso. Porque cada alma perdida por tales mentiras, es un alma que será sujetada por el maligno.

Difundan la conversión por todas partes, hijos. Acepten que yo soy la Corredentora y Mediadora trabajando cercanamente con mi amado Hijo Jesucristo, para salvar de la ruina eterna a todas las almas.

Mi amor por ustedes, hijos, es muy fuerte. Yo suplico por misericordia por cada alma cada segundo del día, suplicando a mi Padre por clemencia.

Pero hijos, ustedes deben ayudar uniéndose a mí en oración y sacrificio para ayudar a todos los hijos de Dios a entrar por las puertas del Nuevo Paraíso.

Vuestra Madre Celestial,

Madre de la Salvación