Un Testimonio de un divorciado

19.11.2014 00:37

En un momento en que se pretenden realizar cambios en la Iglesia, este testimonio brinda luz.

Creo que vale la pena leer y difundir este testimonio valiente y diferente, pues puede ser una solución real para personas que enfrentan esta situación.

 

LA EUCARISTIA Y EL  TESTIMONIO DE UN DIVORCIADO VUELTO CASAR

Soy un divorciado que volvió a formar una pareja con quien tuvimos 3 hijos.

No queríamos dañar nuestra familia, tampoco queríamos seguir viviendo en pecado y decidimos tomar una decisión muy importante.

Un sacerdote que conoce de cerca nuestras vivencias nos aconsejó compartir nuestro testimonio,  pues son muchos quienes  viven situaciones similares y quizás saber lo que vivimos pueda ayudarlos.

También quisiera que este mi testimonio lo leyeran miembros del clero, pues es una posible solución que muchos no la tienen en cuenta.

 

  1. LO QUE YO VIVÍ

Les cuento que tuve un primer matrimonio, nos casamos muy jóvenes por la Santa Iglesia Católica, no hicimos las cosas como Dios manda y así fue el resultado, nuestro matrimonio duró tan solo unos meses.

 Dado que existían  causales en nuestro matrimonio como para pedir la nulidad del mismo, me acerqué a la Iglesia para plantear mi caso. Me atendieron bien y tras una charla, me dieron un amplio cuestionario muy bien elaborado.  El responder el cuestionario, me ayudó  mucho a poner en orden muchos detalles de aquellas vivencias tan dolorosas que tan rápido nos habían ocurrido.

Respondí  el cuestionario y lo presenté ante el buen sacerdote que asignaron para atender mi caso.

Tuvimos algunas reuniones con el sacerdote y él consideró que los causales eran válidos, había que demostrarlo.

Se citaron varios testigos de esta relación y algunas pruebas, pero el principal testigo que era mi ex esposa no colaboró con su versión, de manera que no se pudo demostrar la nulidad. Y así seguirá siendo  aparentemente a menos que mi ex cambie su postura.

Algunos años después mi ex mujer rehace su vida de pareja.  Y catorce años más tarde de mi primer matrimonio, resolvimos casarnos por civil con quien fuera mi novia desde hacía algunos años.  Manteníamos la esperanza de que algún día la Iglesia pudiera aprobar la nulidad de mi primer matrimonio.

Pasó el tiempo mi pareja y yo, tuvimos 3 hijos pero no nos olvidamos nunca de nuestra  Fe y tratamos de distintas maneras de estar cerca de Dios, yendo a misa, orando, leyendo la Santa Biblia, pero tal como debe ser nunca comulgamos.

Algunos nos sugerían: “vayan a ver a tal cura que es buenito y los va a hacer comulgar”. Consejo muy equivocado, que gracias a Dios nunca aceptamos.

 

  1. ¿QUE PODÍAMOS HACER?  ¿QUÉ PODÍA YO HACER?   ERA DIVORCIADO Y AMABA A MI FAMILIA, PERO ME DOLÍA  MUCHO  VIVIR SIN ESTAR EN GRACIA DE DIOS

Cuando tienes un problema como este aunque tengas buenos padres, hermanos y amigos  que te aman en general tratan de no hablar de tu problema. Algunos nos palmeaban la espalda como diciendo “está todo bien” “tienen una hermosa familia”.  Pero no estaba todo bien, somos creyentes.  ¿Cómo podíamos estar bien viviendo en pecado?

Los mejores consejos que teníamos eran: oren, vayan a Misa, hagan comunión espiritual. Pero no nos era suficiente. Parecía que no había una solución real.

¿Cuál era entonces la salida? Nuestra preocupación crecía, pues pasaban los años y parecía que la nulidad de mi matrimonio nunca saldría y no veíamos otra solución hacia adelante. ¿Cuánto tiempo más seguiríamos viviendo sin poner nuestras vidas en orden con Dios?

¿Qué podíamos  hacer? No podíamos desarmar nuestra familia y ya no queríamos seguir ofendiendo más  a Dios.

 

  1. ENTONCES NOS LLEGÓ  EL CONSEJO  DE UN “CURA DE VERDAD”, “UN CURA QUE NOS HABLÓ CON LA VERDAD”

La solución que buscábamos la tuvimos por el consejo de un cura valiente, un cura de verdad, un cura que nos dio el consejo adecuado.

El nos dijo: “tienen este problema, entonces vivan como hermanos, vivan en castidad”.

 ¿Respuesta dura?     No, ni dura ni blanda.   Sabíamos que ese era un buen sacerdote y que quería nuestro bien. Su consejo fue la Verdad y supimos que lo que nos estaba diciendo era  lo que debíamos hacer.

¿Hay respuestas “mágicas”? ¿Hay consejos “milagrosos”?  Si, si los hay, son los que llevan a cumplir la palabra de Dios. Porque en esos casos el buen consejo,  va acompañado por la obra del Santo Espíritu de Dios.

Mi pareja y yo analizamos la propuesta individualmente y también juntos,  y muy a conciencia decidimos preservar nuestra familia y nuestra relación, pero viviendo como hermanos, en castidad.

¿Parece muy difícil? Claro que sí. Quizás yo mismo hubiera pensado que era casi imposible.  Pero… no fue así.  Dios nos ayudó, Dios nos lo facilitó. Creo que me quedo corto, quizás Dios lo hizo casi todo.

Mi mujer hizo su confesión y pocos días después yo hice la mía.   Ahora mismo cuando escribo esto, me emociono al pensar que tuvimos el valor y la gracia para hacerlo.

¡Qué alegría de poder ofrecerle ese regalo a Dios, a quien durante mucho tiempo habíamos herido viviendo en pecado!

Conservo aun la fecha y el recuerdo de aquella tarde en que un buen sacerdote, gracias a una decisión valiente me absolvió de mis pecados y me permitió iniciar una nueva vida.   “Gracias Dios que siempre estás esperando que volvamos a Ti”.

Recuerdo la primera vez que pude volver a comulgar después de tantos años, salimos de la Santa Misa, doblamos la esquina levante los brazos al cielo festejando y  agradeciendo a  Dios y les dije a mis hijos “hoy el cielo está de fiesta”.  Luchamos por no estar muertos y volvimos a la vida y luchamos por no estar perdidos y fuimos hallados.

 

  1. LA RECOMPENSA DE DIOS:

Empezó para nosotros otra vida. ¡Como quisiera poder saber explicar lo que esto nos significó! No solamente poder llegar a estar más cerca de Dios, sino además poder llevarle un regalo del cual me siento orgulloso.  Ambos nos sentimos muy agradecidos y orgullosos y nuestra pareja está muy bien.

Les cuento que la mayoría de las veces al comulgar lloro lleno de emoción. Vuelvo mi banco y me arrodillo todo el tiempo que puedo. Me quedo de rodillas, y aun de rodillas me parece poco, pues quisiera tirarme al piso para honrar y agradecer más  a nuestro Dios.

 

  1. UN CONSEJO PARA LOS OBISPOS Y PARA LOS SACERDOTES

Tristemente para católicos y para toda la humanidad las Iglesias están vacías, muy pocos se confiesan y en esas condiciones reciben la comunión.

Es muy difícil distinguir en su forma de actuar un bautizado de un ateo.

¿Qué creen ustedes que pasa?   Creo que la Iglesia está muy herida y vive una gran falta de Fe.

Yo me pregunto: ¿Por qué no invitan a honrar la Santa Eucaristía como se debe? ¿Por qué no hablan del demonio? ¿Por qué no hablan del infierno, del purgatorio y del cielo? ¿Por qué no recuerdan que es su prioridad y la de todo creyente luchar por nuestra propia salvación y la salvación de todos nuestros hermanos?  Hágannos colaboradores responsables, exíjannos.

¿Por qué no aclaran que no hay mayor caridad que la de salvar almas? ¿Por qué no llaman a recordar que Dios nos quiere Santos? ¿Por qué no llaman a  la oración, al ayuno, al sacrificio, no llaman al esfuerzo, a la Cruz? ¿Por qué no recuerdan a la necesidad de transitar por el camino angosto?

 ¿Por qué no hablan de los mensajes dados en las apariciones de la Santísima Virgen María? Aunque sean solo las de aquellas apariciones aprobadas por la Santa Iglesia.  ¿Por qué no informan que la Santísima Virgen no ha venido solo para dejarnos sus bellas imágenes, si no para despertarnos, para hacernos reaccionar, para que dejemos de pecar, para que volvamos a Dios? ¿Por qué no hablan de los miles de llamados a la conversión y de las advertencias que Ella nos da en sus mensajes?

 ¿Estamos en un picnic o en un combate espiritual como lo indicó San Pablo?

¿Acaso Dios dijo que sería fácil? ¿De dónde sale este mensaje suavizado? Que yo sepa ni de la Biblia, ni del Catecismo, ni de las enseñanzas de los Santos Padres, ni de los Doctores de la Iglesia, ni de los Santos y ni de las revelaciones tampoco.

 

  1. QUERIDOS MIEMBROS DEL CLERO DE LA IGLESIA:

 

¿Recuerdan cuando Dios los llamó y abrazaron la Cruz de Cristo y quisieron ayudarle a llevarla? Quisieron ser sal y luz. Querían encender el mundo con la llama del Amor y de la Fe. Consagraron su vida a Cristo. Abandonaron el sueño de tener una esposa, asumieron alejarse de su padre, madre y amigos. Y se negaron a los encantos del mundo.

Querían ayudar a Dios, querían  llevar a cada humano a Dios.    Querían salvar almas.

 

Hechos de los apóstoles (20,28-38):
En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: «Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos.

 

  1. NÚMEROS QUE DEBERÍAN HACERNOS REFLEXIONAR

Según los datos de los que dispongo en Argentina asiste a misa regularmente entre el 2 y el 4 o el 5%.

Pero ahí no termina el problema: supongamos que va a misa el 5%, la mayor parte de ellos acostumbran comulgar. ¿Pero cuántos de los que comulgan se confiesan? De Argentina no tengo datos, en EEUU solo el 12% de los que comulgan se confiesan por lo menos 1 vez al año. Y el 45% no se ha confesado nunca desde a mayoría de edad.

 En el Norte de Europa solo el 5% de los que comulgan se confiesan una vez al año.

Resumiendo casi el 90% de los que se ponen en fila para comulgar en los Estados Unidos cada domingo, el 95% en ciertas zonas del Norte de Europa y del 60 al 80% en Italia no se confiesa ni siquiera una vez al año.

Supongamos como ejemplo que un 8% de los católicos va regularmente a misa, el 80% de ellos comulga o sea el 6,4% del total. Si suponemos que el 20% cumple con confesarse 1 vez por año. Entonces solo el 1,28% de los católicos comulga manteniendo las formas. Esto suponiendo que no hay otras causas que invaliden la comunión.

1%, 2% supongamos el 10%. ¿Qué será de ese 99 o 98 % o para ser muy optimistas el 90% restante? ¿Cuál será su destino final?

En Europa se están cerrando cientos de iglesias católicas y la mayoría de las que quedan están vacías. Tan solo en Holanda 900 iglesias han sido cerradas, de ellas 300 Iglesias han sido demolidas, otras 300 ocupadas por nuevas formas de fe y las restantes convertidas en apartamentos, bares, restaurantes, oficinas, Night Clubs.

Y en este país hoy asisten a la Santa Misa 10 veces menos fieles que en 1960.

 Si no vemos que las cosas no están bien, difícilmente puedan encontrarse las soluciones.

Debemos ver el problema para reaccionar y para que la Iglesia pueda renacer.

 

  1. ¿POR QUÉ ESTA GRAN APOSTASÍA? ¿POR QUÉ NO TRANSMITEN LA FE?

Creo que las palabras llegan, conmueven, transforman cuando concuerdan con la Verdad, cuando el mensaje que se da, es el que Dios quiere que se de.

Si  el sermón se centra en otros temas, entiendo que el Espíritu Santo no  lleva esas palabras al corazón de los fieles.

Dios quiere que se trasmita la Verdad y que se salven almas.

Es la palabra de Dios la que ilumina las mentes, limpia los ojos y ablanda los corazones.  No es la opinión de ningún hombre por más formado  e inteligente que sea o parezca.

 

  1. EL MENSAJE DE DIOS ES CLARO, PERO CLARO NO SIGNIFICA FALTO DE AMOR:

Yo agradezco mucho al buen sacerdote que fue claro con nosotros: “Deben vivir como hermanos, en castidad”.  No necesitó una elocuencia excepcional, solo necesitó decir lo que Dios quiere.

En cambio si sus palabras hubieran sido: “no se preocupen ustedes se quieren, comulguen tranquilos” o algo similar.

No hubiera habido ni Paz, ni reconciliación, ni regreso a la casa del Padre, pues no es lo que pedía Dios.

 

¿COMO TERMINAR CON EL PECADO?

Dios  está siempre dispuesto y Feliz de recibirnos, pero debemos obedecerle. No pecar.

Si uno roba,  debe dejar de robar.  Si uno miente,  debe dejar de mentir.

Si tengo la debilidad de beber o comer en exceso,  debo superarla.  Si las apuestas arruinan mi vida y la de los míos,  debo dejar de jugar.

Si engaño a mi esposo/a,  debo dejar de hacerlo. Si soy haragán debo esforzarme y trabajar todo lo posible.

Si obtengo mis ganancias de una actividad insana, debo dejar esa actividad y buscar un trabajo honesto.

No debemos tener relaciones prematrimoniales, pero si mi novia quedo embarazada, debo solo considerar la posibilidad de que ese bebé nazca. Y darle todo mi amor.

Si mis padres están grandes y necesitan ayuda,  debo cuidarlos.

Si tengo la debilidad de sentir como homosexual,  debo vivir en castidad, Dios me premiará.

Si soy católico debo ir a misa y confesarme y cumplir con todos los preceptos.

En el medio hay un camino, donde la Iglesia deberá dar apoyo, buenos consejos, afecto,  seguimiento.

Pero la mentira y darle vueltas al asunto no solucionan nada,  sino que solo alejan de la salida.

Le hacen al pecador perder el tiempo y el tiempo en esta vida es limitado.

Es claro: la solución del pecado es que el pecador deje de pecar, cuanto más claro se diga esto, más gente estará en gracias de Dios.

No es diciendo que el pecado ya no es pecado que se ayuda al pecador, sino con claridad diciéndole la verdad y acompañándolo con verdadero amor.

El pecado seguirá siendo pecado y la solución es con voluntad, la ayuda de Dios y de la Iglesia dejar de pecar.

Si yo hubiera accedido a seguir los consejos de los tranquilizadores de conciencia, creo que hubiera caminado hacia mi condenación.

 

  1. POR FAVOR NO SUBESTIMEN A LOS FIELES – LLÁMENNOS A SER SANTOS

Con todo respeto les digo que creo que subestiman a los fieles.

Nos piden poco y les devolvemos poco. Yo creo que muchos fieles llegarían a actitudes heroicas, si se lo pidieran.

Creo que se nos trata como a niños mal criados, sin voluntad, incapaces de grandes logros.

Y creo que muchos no se motivan en lo poco y creo que sí lo harían en lo mucho, por la misma razón que citamos antes: Dios no nos pide poco, y si el mensaje pide poco, ese mensaje no es acompañado por el Espíritu Santo.

¿Acaso sabemos de algún santo que haya vivido una vida ligera? ¿Acaso no estamos TODOS llamados a ser santos?

 

  1. EL CAMBIO SERÁ POSIBLE SI PONEMOS A DIOS EN LOS CORAZONES

Dios es quien cambia los corazones de los hombres y no hay sistema, ni país que funcione si no hay Amor en el corazón de los hombres.

¿No vemos lo que está pasando?

Todo Amor, bien y armonía provienen de Dios. Por eso pido a la Iglesia Católica surgida de Dios y mantenida por Dios la Virgen e incontables Santos, que nos miremos para adentro, que busquemos las raíces, que llamemos al respeto de la Santa Eucaristía, a la santidad, a la caridad, a la confesión, a los exámenes de conciencias profundos, a los mandamientos, a la castidad, al verdadero Amor, al servicio, a la oración, a la lucha pro-vida, a la austeridad, a la oración, al ayuno, al sacrificio, al esfuerzo. Tantos valores han caído en desuso porque quienes deberían difundirlos (todos los creyentes) nos hemos dedicado en gran medida a otros temas.

Obispos y Sacerdotes quieren ayudarnos, pidiendo menos, tienen consideración de nuestras debilidades para que todo nos sea más fácil. Pero Dios nos pide ser Santos y si esa flexibilización nos aleja de la santidad y también nos aleja de Dios.

“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.” Juan 14:21

Algunos miembros de La Iglesia intentan cambiar al mundo influyendo en la política y el verdadero camino es volver a poner a Dios en el corazón de los hombres. Y con Dios en nuestras vidas, el sistema, el gobierno, todo funcionará.

En cambio, con cualquier sistema un mundo sin Dios es muy parecido al infierno.

 

  1. LOS TEMAS NO “POPULARES”

Si en los sermones se hablara del infierno (dogma), del purgatorio (dogma), del demonio (dogma), de que vivimos un combate espiritual (San Pablo), de que el camino al Cielo es angosto.

Si los cientos de apariciones de la Virgen se hubieran difundido, si los laicos conocieran sus mensajes, si de las grandes y aprobadas apariciones no hubieran quedado solo sus bellas imágenes.

Si en los colegios Católicos se aprendiera la Biblia, si se pasaran vidas de Santos, si se vieran hermosos videos disponibles acerca de cómo vivir la adolescencia, la primera juventud, si se hablara con verdadero aprecio de la castidad y de la virginidad.

Si se enseñara que la prioridad es la salvación de las almas, la mía la de mis seres queridos y las de todo los seres humanos.

Creo que no haría falta modificar ninguna norma.

Dios nos pide la santidad de Obispos, Sacerdotes y Laicos.

 

  1. SINODO DE LA FAMILIA

Estamos muy cerca del Sínodo de la Familia se plantea hoy una falsa opción entre condenar al pecador o flexibilizar las leyes de Dios, para que lo que es pecado deje de serlo.

Al pecador no se lo ayuda ni condenándolo, pero tampoco dándole palmaditas despreocupadas diciéndole que todo está bien. Y mucho menos cambiando la voluntad de Dios.

Se lo ayuda con todo el amor y la compresión posible, pero diciéndole la verdad y ayudándolo por todos los medios para que pueda superar el pecado y romper las cadenas terribles que indefectiblemente  alejan de Dios.

 

  1. ¿NUEVOS CAMBIOS?

Se habla de cambios. ¿Están seguros que es bueno lo que algunos proponen hacer?

¿Van aggiornarse, van a acomodarse a las nuevas realidades?  ¿No recuerdan que el mismo Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasaran pero mis palabras no pasaran”? Mateo 24:35.

¿Qué es esencialmente distinto ahora?     Nada.

¿Las verdades de Dios pueden ser distintas por que ahora tengamos autos o celulares?     No.

Si lo que algunos plantean se concreta, (aun con ciertos condicionantes) es probable que personas en adulterio puedan comulgar con consentimiento (humano).

¿No se les hará con esto un inmenso daño a quienes se pretende ayudar?

¿Que podría venir detrás de esto?

¿Quiénes serán responsables de esas almas? ¿Qué pasará con ellas?

¿No se expone a la Santa Iglesia a un verdadero Cisma? ¿La Iglesia seguirá representando la voluntad de Dios?

Creo que si esto se concreta, será un tremendo golpe para esta nuestra querida Iglesia que ya está tan herida.

Gran parte de la Fe se ha perdido, pero se puede recuperar. Creo que no es la solución redactar normas para conformar a personas que sufren la falta de Fe, porque así no las auxiliamos, al contrario.  Debemos ayudarlos poniendo todas nuestras fuerzas en trabajar para llevarles la Verdad de Dios, para que así el Espíritu Santo pueda devolverles la Fe.

 

  1. NI ABANDONAR LA CRUZ, NI EVITAR EL CAMINO ANGOSTO.

Creo en la Iglesia Católica, en la Iglesia de los Santos. Creo en la Virgen María que en miles de formas nos está llamando, creo que Jesús sufrió lo inimaginable pero se aferró a la Cruz.

Creo que cada vida tiene su Cruz y no creo que sea función de la Santa Iglesia sacarle a cada persona su cruz, si no aconsejarla, apoyarla, acompañarla para que pueda llevarla con Amor y aun con alegría.

Esa no es la enseñanza de los Santos, ni de nuestra Santa Madre María.

Creo que a todos, la vida y de distintas maneras, nos presenta un camino muy angosto, que sabemos que tenemos recorrer. No evadirlo.

Creo que la Vida nos ofrece una Cruz que debemos llevar, porque la cruz también es llave, es puente.

El consentir no es ayudar, ni tampoco es lo cómodo y fácil el camino a la felicidad.

Por favor no hagan que la gente abandone su Cruz, ayuden a llevarla y enseñen a Amar esa Cruz.

 

Despertemos

Se pide poco y se responde con menos, se oculta la Verdad y la Fe se seca. Santa Iglesia Católica aun está ahí muy herida esperando que quienes deben defenderla despierten, pues va a triunfar.

Bendiciones para todos.