5 abr 2012 El Viernes Santo es el día que deseo, y este año especialmente, que sea recordado por lo que realmente significa

23.03.2015 21:41

Jueves, 5 de abril de 2012 a las 8:00 hrs.

El Viernes Santo es el día que deseo, y este año especialmente, para ser recordado por lo que realmente significa.

Mi Padre me envió al mundo y Me ofreció a Mí como un rescate para salvar al mundo del fuego del infierno.

Vine a serviros hijos, no a condenaros. Mi muerte fue una gracia especial, libre de cualquier otra obligación por vuestra parte que la de aceptar la mano de Misericordia, dada a vosotros por Mi Padre Eterno.

Este regalo fue ofrecido para permitir a la humanidad recibir el Don de la reconciliación, para que así pudiérais ser aptos para entrar en el Reino de Mi Padre.

Antes de ser Crucificado, asistí a una muy importante Cena Pascual con Mis Apóstoles, la noche anterior a Mi Muerte en la Cruz.

Esta Ultima Cena provee otro regalo especial. El regalo de la celebración de la Santa Eucaristía, es un Sacramento de amor, para proveeros con un Don único, en donde podéis verdaderamente recibirme a Mí en Santa Comunión.

Mi verdadera presencia, contenida en la Santa Eucaristía en el mundo de hoy, cuando es celebrada durante la Santa Misa, provee gracias muy especiales a aquellos en estado de gracia, que Me aman, quienes Me toman.

Mi presencia puede ser sentida de una manera en la que fortalecerá vuestra fe, cuando aceptáis Mi verdadera presencia en la Santa Eucaristía.

Si rechazáis Mi presencia en la Santa Eucaristía, rechazáis uno de los regalos más significativos que Yo dejé cuando vine a la Tierra para pagar por vuestros pecados.

Morí para salvaros y esto es, en sí mismo, un Gran Don.

Pero os dejé un regalo muy especial, en donde podéis recibirme en mente, cuerpo y alma.

Aceptad Mi presencia y vuestra alma estará más cerca en una unión verdadera Conmigo.

Acéptadme.

No me abandonéis.

No me neguéis.

Creed, sin lugar a dudas en vuestros corazones, que fue debido al amor de Dios Padre que estos Dones se os fueron otorgados.

Reflexionad ahora en la Verdad real de Mis enseñanzas.

No aceptéis Mi Crucifixión sin aceptar los Dones también ofrecidos a vosotros en Mi Ultima Cena. Si lo hacéis, estaréis matando de hambre vuestra alma del alimento de la vida.

Vuestro bienamado Jesús,

Redentor de la Humanidad