29 jul 2012 Es el pecado del aborto el que será la caída de muchas naciones y por esto serán castigadas severamente
Domingo 29 de julio de 2012 a las 20:10 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, la apostasía en el mundo tiene a los hijos de Dios confundidos acerca de la existencia del pecado.
Muchas almas, cuando piensan en el pecado, instantáneamente piensan en los pecados más graves, tales como el asesinato.
El pecado toma muchas formas. Tristemente, porque el pecado ha sido descartado como faltas o características, es ahora considerado ser una simple debilidad natural. Muchos ya no creen en el pecado.
El aborto, después del asesinato del hermano de uno, es la mayor forma de genocidio en el mundo. Sin embargo no solo es tolerado, sino que ya hay leyes son introducidas por vuestras naciones las cuales lo consideran una necesidad.
Es el pecado del aborto el que será la caída de muchas naciones y por esto serán castigadas severamente.
El aborto es un acto despreciable y aniquila generaciones de los hijos de Dios, que no se pueden defender a sí mismos.
Nadie matará a un hijo de Dios y escapará de un castigo severo.
La ira de Mi Padre será presenciada por aquellas naciones, que han legalizado el aborto, durante el Castigo.
Ellas serán aniquiladas y ninguna compasión les será mostrada así como ellas no mostraron ningún remordimiento por este pecado mortal cuando consintieron el asesinato de los hijos de Dios en el vientre.
Hago una llamada a aquellos que astutamente tratan de desestimar el aborto como algo que se necesita para proteger los derechos de una madre.
Las mentiras son utilizadas para disfrazar la atrocidad del aborto, el cual desafía la Ley de Dios.
Por este pecado, cualquier hacedor de leyes, doctor o cualquier persona que contribuya en cualquier forma a este acto abominable, es culpable ante los ojos de Dios y sufrirá el castigo que se avecina.
A aquellos que consentís la ejecución, os digo esto:
Vosotros, que condenáis a un hombre a ser asesinado, son culpables del mismo crimen del que él pueda ser culpable.
Vosotros sois culpables de asesinato en este caso y es un pecado mortal. A vosotros no se os ha dado el derecho de quitar una vida. O de juzgar. Sólo Yo, Jesucristo, tengo el derecho de juzgar.
Cualquiera que contribuya a la muerte de un asesino, a través del acto de la ejecución, sufrirá en el fuego del Infierno por la eternidad, a menos que se arrepienta.
Muchísimos de vosotros creéis en la ley, ojo por ojo. Qué equivocados estáis. ¿No aceptáis los Mandamientos de Mi Padre? No matarás.
No matarás también aplica a aquellos ejércitos agresivos que marchan dentro de las tierras que no les pertenecen, con el fin de controlar.
Esto se aplica a los ejércitos que disparan y matan almas inocentes. Todo esto es asesinato. Está en contra de la ley de Mi Padre.
Otros pecados tales como la avaricia, lujuria, hablar mal de los demás, estafar a la gente de lo que es legítimamente suyo, venganza y calumnia, todos llevan a todos los demás pecados.
Ellos se vuelven aceptables en vuestro mundo de hoy, porque vuestro mayor amor es hacia vosotros mismos.
La mentira – que vosotros habéis sido forzados a tragar por vuestros falsos maestros, “auto-gratificación” – es vuestro sendero al pecado.
Se os dice que debéis pasar vuestro tiempo satisfaciendo vuestra hambre de bienestar.
Se os dice que debéis cuidaros a vosotros mismos – que vosotros sois la persona más importante de vuestra vida. Vosotros debéis buscar todo para satisfacer todos vuestros sentidos. Los demás vienen en segundo lugar.
Esto lleva a la avaricia, el egoísmo, la lujuria y entonces vosotros podéis ser tentados a cometer pecado mortal.
El pecado será ahora aceptado por vuestras naciones como nunca antes.
Serán introducidas leyes que legalizarán el pecado mortal y ¡ay! de aquellos de vosotros que se opongan.
Aquellos que abogarán por tales perversidades, os dirán que estas leyes son para proteger a los vulnerables cuando, en realidad, todo lo que hacen es legalizar el asesinato, el aborto, el matrimonio del mismo sexo y la idolatría de falsos dioses.
Ellos consentirán la persecución de los pobres y los arrojarán a las calles, para hacerlos indigentes.
Presentarán leyes para forzaros a parar la práctica de vuestra religión. Si seguís haciéndolo, estaréis infringiendo la ley – un pecado ante sus ojos.
Como os dije antes, vuestro mundo está tan lleno de falsedades, que el bien está presentado como mal y el mal presentado como el bien.
Vuestro mundo está al revés y, como resultado, el pecado florece.
Los insto a volver atrás y estudiar los Diez Mandamientos. Obedeced a ellos y vivid como se espera de vosotros a los Ojos de Mi Padre.
Romped los Mandamientos y estaréis pecando. Argumentad que ciertos pecados están bien y desafiaréis a Mi Padre.
La obediencia a las Leyes de Dios es débil y frágil en el mundo en este tiempo. A muchos de los hijos de Dios no se les ha sido dicho firmemente, por Mis siervos sagrados, de las consecuencias del pecado.
La tolerancia al pecado es el mayor pecado de todos.
La tolerancia es una mentira astuta plantada en las mentes de la humanidad por el rey de las mentiras, Satanás.
La tolerancia es otra manera de justificar el pecado para acomodar la debilidad del hombre por sucumbir a la tentación de Satanás.
Despertad y aceptad el pecado por lo que es.
Discutid entre vosotros y defended el pecado todo lo que queráis, pero nunca será aceptable a los Ojos de Mi Padre.
Para entrar al Paraíso debéis estar libres de pecado.
Para liberarse del pecado debéis arrepentiros.
Para arrepentiros debéis antes que nada, aceptar los Diez Mandamientos.
Luego debéis mostrar verdadero remordimiento.
El verdadero remordimiento solo puede ser sentido por aquellos que se humillan ante Mí.
Solo entonces el pecado puede ser perdonado.
Solo entonces las almas serán aptas para entrar al Reino de Mi Padre.
Vuestro Salvador
Jesucristo