26 ago 2012

23.09.2012 22:28

El odio es la causa de todo el mal en el mundo y éste toma muchas formas

Domingo, 26 de agosto del 2012, a las 18:30 hrs.

 

Mi muy querida y amada hija, el odio es la causa de todo el mal en el mundo y éste toma muchas formas.

La hostilidad en contra de otra persona brota del miedo, el miedo de que esa persona pueda herirte de alguna manera.

Los desacuerdos con otra persona, pueden ocurrir por el pecado del orgullo. Esto sucede cuando tú sientes que debes probar tu valor, a toda costa, incluso si estás equivocado.

Los celos se convierten muy pronto en odio, aunque pueden ser leves al comienzo.

El desagrado de uno mismo, comienza porque comparas tu vida con la de otros, de quienes tú sientes que han tenido mejor fortuna que tú.

Muy pronto, este desagrado se desarrolla en odio de uno mismo y del propio cuerpo. Esto entonces conduce hacia los pecados de la carne.

El odio puede también desarrollarse por el pecado de codiciar las posesiones de otros.

Esto puede conducir a la guerra, cuando un país codicia las riquezas de otros.

O puede significar el permitir la codicia para consumir vuestra alma, cuando apetecéis las mismas riquezas mundanas de vuestro prójimo.

La envidia también se convierte en una forma de odio, especialmente cuando, no importa cuán fuerte trates de emular (competir/rivalizar) con otros, y fracasas al no  alcanzar lo que te propusiste hacer.

Todos los pecados, si se les permite persistir, pueden conducirte hacia el odio.

Cuando tú sientas odio, debes saber que Satanás ha logrado invadir tu espíritu.

Cuando esto suceda, él te apretará firme,  fuertemente y no te dejará en paz.

No importa cuánto trates de escaparte de su control, él te sostendrá toda la vida. Tu única arma es la oración.

Reza, reza, reza cuando el odio surja en tí; porque no podrás sentir nunca paz, amor o alegría de nuevo, hasta que éste te deje.

Cuando el odio se apodera de tu corazón y de tu alma, llegas a estar un paso más alejado de Mí, vuestro Jesús.

Tú sufres terriblemente y sientes una ira (rencor) e impotencia, la cual  no puedes controlar.

Nunca creas la mentira final que Satanás plantará en tu alma, cuando él haya arrojado una carga de odio sobre ti.

La mentira es ésta: Que tu odio sólo puede ser disipado (disuelto), cuando busques la venganza final sobre el objetivo de tu odio.

¿Qué hacer cuando el odio te envuelva? El poder del amor puede evaporar el odio, instantáneamente.

Cuando reces (ores) y me pidas que te ayude, Mi respuesta será ésta:

Perdona a tus adversarios y a aquéllos que crees son la causa de tu odio.

Pero para perdonar debes humillarte (postrarte) ante Mí y primero pedirme que te perdone.

Una vez que perdones a aquéllos que odias, debes entonces reparar (pagar/expiar) por tu pecado.

Muestra amor a tus adversarios. Combate el odio, una perversa y peligrosa enfermedad del alma, con amor.

El amor es la cura para liberar tu alma de esta infestación.

Cuando puedas hacer esto, tu habrás vencido a Satanás y él te dejará en paz.

Nunca tengas miedo de combatir el odio que hay en tu alma, aunque te parezca  muy difícil.

Si el odio puede ser diluido de esta manera mediante la humildad del pecador, la paz reinará en el mundo.

Vuestro Jesús