017 jun 2014 El mundo está hambriento de la Verdad de Mi Palabra

12.02.2015 22:28

Martes 17 de junio de 2014 a las 22:23 hrs.

Mi muy querida bienamada hija, Mi Ejército Remanente se ha reunido en gran número y se dispersa en todas las partes del mundo. Los Míos me conocen y por el Poder del Espíritu Santo, me he hecho conocer a través del Poder de Mis Palabras contenidas en estos Sagrados Mensajes.

Mi Palabra acercará a aquellos ya bendecidos con el Espíritu Santo a Mí, rápidamente. Para estas almas no hay dudas. El Espíritu Santo, a través de Mis Palabras, acerca a los más reacios y si bien pueden estar seguros de que, de hecho, Yo, Jesucristo, es Quien les invita a responder a Mi Llamado, ellos vendrán hacia Mí con cautela. Con el tiempo, ellos me van a abrazar totalmente. Luego están los que creen en Mí, pero que no aceptan que Yo los estoy llamando. Ellos también, con el tiempo, van a responder a Mi Llamada. Pero ¿cuál es Mi Llamada? ¿Es para simplemente demostrarles lo que Yo valgo? No, pues eso no es necesario. Mi Llamada es para reuniros para prepararos, para que todos los Cristianos me ayuden en Mi misión para salvar a la humanidad. Es a través de Mis amados discípulos que puedo hacer que mucho acontezca.

Mi Misión es salvar almas y Yo voy a hacer esto mediante el uso del libre albedrío del hombre. La Voluntad de Dios es dar vida, y traer a todos los hijos de Dios bajo Su protección. Por la Divina Voluntad de Dios, todas las almas pueden ser salvadas, pero el camino a la Salvación Eterna (yace)está en el libre albedrío, dado al hombre, por Dios. Será a través de vuestro libre albedrío que cada uno de vosotros vais a elegir vuestro futuro. Vosotros no seréis forzados a aceptar la Misericordia de Dios, pero se os pedirá que me sigáis. Nunca os ordenaré hacer esto, porque es vuestro derecho - el derecho a vuestro libre albedrío - para que  decidáis por vosotros mismos lo que queréis hacer.

Algunos hombres elegirán sabiamente, porque sabrán lo que ofrezco, el camino de la Verdad - el Camino a la Vida Eterna. Algunas personas elegirán imprudentemente y seguirán el camino equivocado. Harán esto porque no habrán logrado comprender la Verdad, la Palabra de Dios. Ellos han permitido que el encanto de las grandes atracciones materiales, concupiscencias y placeres los haga oscilar(moverse) lejos de Mí. Ellos no creen en la vida después de la muerte y no sienten ningún remordimiento por los pecados que cometen en cumplimiento de sus propios deseos egoístas. Sin embargo, si se les expone la Verdad y son animados por los demás a escuchar la Palabra de Dios y Mi Promesa para el futuro, ellos pueden cambiar. Ellos pueden, a través del Don de la Conversión, residir en Mi Reino.

Mi Llamada, por lo tanto, es para animar a todas las almas a buscar la Verdad. A través de su libre albedrío - y tiene que ser por su propia elección -. ellos me permitirán a Mí, su amado Jesús, que los salve. Llamo a todos los Cristianos ahora para tomar vuestra armadura y marchar hacia adelante para ayudarme a congregar/agrupar a aquellas almas que se encuentran dispersas y perdidas. A través de vuestra ayuda, puedo animar a todas las almas de todos los credos, razas y colores a venir hacia Mí. Cuando lleguéis a ellos, Yo os cubriré con los grandes Dones del Espíritu Santo, de modo que vosotros podáis tener éxito y traerme las almas perdidas de quienes Yo añoro a cada segundo. 

El Deseo/La Voluntad de Dios es salvar a todos. Pero es por el libre albedrío del hombre, que elige venir dentro de Mis Brazos, por su propia libre elección, que la Divina Voluntad de Dios se cumplirá como debiera ser. Id, todos vosotros, y enseñad la Verdad de los Santos Evangelios. El mundo está hambriento de la Verdad de Mi Palabra. Mi Palabra ya no se enseña en la manera que debiera ser. A las personas se les debe dar la Verdad - es por eso que Yo dí Mi Vida. Sin acceso a la Verdad - Mi Santa Palabra – vosotros no podéis elegir el camino correcto hacia la Eterna Salvación.

Es por eso que Yo vengo ahora, para traeros la Verdad. Para haceros recapacitar, para que estéis preparados, dispuestos y esperando por el Gran Día sin miedo, angustia o preocupación en vuestros corazones. Cuando me acepteis y confíéis en Mí totalmente, estaréis en paz.

Vuestro Jesús