El poder del Santo Rosario

09.12.2012 22:47

El poder del Santo Rosario

¿Sabes que la oración del Santo Rosario es más poderosa que una bomba atómica?

Virgen del Carmen

Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki.

 

En Hiroshima, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron quemados.

 

En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox. 1 Km) del epicentro de la bomba. Su residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oído, ni ninguna otra enfermedad o efecto.

 

El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años más de buena salud. Él fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar cómo él y sus compañeros habían sobrevivido. Él lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: "Yo estaba en medio de la explosión atómica... y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción."

 

En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto. Allí ellos también rezaban diariamente el Santo Rosario.

 

Un testimonio personal

Un milagro hecho posible por rezar tuvo lugar recientemente en Chile. El domingo 23 de Septiembre 2012 nuestro hijo de 1 año cayó muy enfermo. Tenía fiebre de 42,7 grados y de repente dejó de respirar, se puso morado por falta de oxígeno, casi no tenía pulso y empezó de sangrar por la boca y la nariz. Por suerte esto sucedió en el aeropuerto de Santiago donde había un equipo de primer auxilio.

 

Trataron de reanimar al niño en una sala donde no dejaron entrar a nosotros, los padres. Rezamos los padres fuertemente, sobre todo el Rosario (el clásico y él de la Divina Misericordia). A las 13:20 sentí un alivio y es por esto que me fijé en la hora ya que sentí que algo pasó, sabía que mi hijo o se murió o estaba bien. Minutos después el equipo de primer auxilio nos dejó entrar a la sala y el niño estaba vivo.

 

Pero no solamente estaba vivo. Milagrosamente también la fiebre se había desaparecido, el niño tenía temperatura normal. Sin embargo, fue trasladado a la clínica Santa María en Providencia para vigilarlo. Pero no se encontró ninguna infección, la fiebre no volvió. Gracias a Dios tampoco se detectaron daños cere-brales por no haber respirado un tiempo prolongado. En la misma tarde podíamos llevar nuestro hijito a la casa. Interesante es la fecha en la que ocurrió esto: el 23/9 se recuerda a San Padre Pio que curó a los enfermos (esp. niños) a través de la oración.