12 oct 2012

16.10.2012 20:36

Habrá diferentes niveles en el nuevo paraíso de 12 naciones

Viernes 12 de Octubre, 2012  a las 23:15 hrs.

 

Mi muy querida hija, Mi Amor es tan poderoso, que ahora está siendo sentido por aquéllos quienes no conocen a Dios.

A pesar del mal presente en el mundo, el hombre ahora siente un amor en su corazón por los demás, el cual es contrario a la corrupción, que está presente en almas, y que los sorprenderá.

Tan inesperado será este amor que surge a través de sus almas, que muchos serán conquistados hasta las lágrimas. Estas lágrimas de amor, tan puras en sus corazones, se los partirá en dos. Ellos no saben por qué sienten esto hacia sus hermanos y hermanas. Ellos también sentirán este verdadero y único  amor por su Creador, Dios Padre. Sin embargo, no van a admitir que Él existe. En cambio, muchos vagarán y se preguntarán a sí mismos:

¿Qué es esto increíble, pero poderoso, el amor que yo siento en mi corazón? ¿Cómo puede ser esto, si no hay Dios? ¿Cómo puedo sentir este amor, si yo no soy más que un mero producto de la evolución, un producto de partículas hechas de la tierra?

La verdad, hijos Míos, es la siguiente: Vosotros no sois una partícula de la tierra, un remanente del tiempo. Vosotros sois un ser vivo, una alma viviente, que tiene la capacidad para la vida eterna, sin fin.

Vosotros sufrís por los pecados de Adán y Eva, vuestros padres originales. Vosotros podéis sonreír, ridiculizar, o burlarse de lo que creéis es una historia de ficción, pero la Verdad es que estáis viviendo una vida de imperfección. Esta vida de sufrimiento es a causa de los pecados de vuestros padres originales. Contaminados con su pecado, estáis cegados a la Verdad de Dios, por la misma serpiente que a ellos los engañó.

Creéis que vivís en un mundo real, un mundo de materia, el cual tiene una durabilidad limitada. Vuestra vida en la tierra es corta. Vuestros cuerpos envejecen. Vuestra salud deteriora. Con el tiempo, vuestro cuerpo muere. Descuidad vuestro espíritu, vuestra alma, y ​​no sois nada.

Aceptad que vosotros sois un hijo de Dios, y que vuestra vida en la tierra se volverá más importante, cuando vivís una vida de acuerdo a las Leyes de Dios. Vuestra vida se extenderá, y se os dará un gran Regalo, La Vida Eterna.

 

Si os fuese mostrado sólo una ojeada a esta vida, tan sólo por una hora, nunca volveríais a ofender a Mi Padre. Debéis saber que vosotros recibiréis estos Regalos.

 

Vosotros viviréis con toda vuestra entera familia, aquéllos que murieron en estado de gracia y aquéllos que formarán Mi ejército remanente en la tierra.

 

Vuestro cuerpo será purificado y re-creado a un estado de perfección en base a la edad en la cual aceptásteis el amor de Dios.

 

Viviréis en amor y paz con vuestros seres queridos y vuestros vecinos. Ninguno de vosotros deseará otra cosa más.

 

Habrá diferentes niveles en el nuevo paraíso de doce naciones. En el nivel inferior habrá pueblos y villas, todos trabajando en un manantial de paz, amor, felicidad y satisfacción. Nadie deseará otra cosa más, Yo seré su Rey, su Maestro y reinaré entre ellos en Unión Mística.

 

Después estarán los niveles más altos. Ellos mantendrán a todas las naciones juntas en unión con Mis Enseñanzas y todos los hombres convivirán en perfecta armonía unos con otros, y con las bestias de la tierra grandes y pequeñas.

 

Todos sobrevivirán comiendo del árbol de la Vida. A nadie le faltará alimento.

 

Entonces estarán los gobiernos de las naciones. Ellos se asegurarán de que todo esté de acuerdo con Mis Enseñanzas. Mis gobiernos estarán dirigidos por Mis santos y apóstoles.

 

Esto continuará hasta el mismo final, cuando la segunda resurrección de la muerte tome su lugar, para la confrontación final.

 

Satanás será liberado con sus demonios por un corto tiempo. Entonces todo mal será destruído. Mi Misericordia será finalmente, presentada al mundo, en los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra, combinados.

 

Entonces, todo será revelado, así como el misterio de Dios será mostrado a todos en su abundancia y Gloria final.

 

Vuestro Jesús