08jun 2013 La obsesión de Mis hijos con bienes terrenales y la adulación de la riqueza personal los separa de Dios

18.06.2013 16:19

Traducción Latinoamérica

Sábado 8 de junio de 2013 a las 23 hrs.

 

Mi amadísima hija, mientras la humanidad se hunde más profundo en el pecado, ella continúa buscando las cosas materiales, las que creen van a satisfacer el crudo dolor que sienten por dentro, pero nada puede traerles consuelo cuando están removidos tan lejos de Mí. Ni por un momento piensan en Mi, tan atrapados están en la búsqueda de sus bienes terrenales  --cosas inútiles-- que traen nada, solo un deseo intenso por más y más.

 

Luego están aquellos cuyo amor por tracciones mundanas significa que se vuelven insaciables. Buscan lo más grande y lo que ellos creen que son la posesiones más valiosas. Eventualmente construyen santuarios para sí mismos. Esto es cuando se zambullen en la desesperación, ya que cuanta más riqueza y lujos adquieren, mas confundidos y distraídos se vuelven. Ellos perderán interés en otras personas y pronto estarán aislados, ya que quedarán atrapados en una telaraña, hilada por el espíritu del mal para atraparlos y destruir sus almas.

 

La obsesión de Mis hijos con bienes terrenales y la adulación de la riqueza personal los separa de Dios. Su propio amor por las posesiones destruye el amor por vuestro prójimo. Os volvéis egoístas hasta el punto de que no les importará el infortunio de otros. Es así como desobedecéis la Palabra de Dios.

 

Debéis detener vuestra búsqueda de riquezas. Luego os volveréis pobres de corazón. Pero permitid a este retorcido pecado nublar vuestra mente y nunca estaréis puros de espíritu, y de esta manera no aptos para venir delante de Mi. Aquellos que son pobres tienen menos que pueda tentarlos a que se separaren de Mí. Aquellos que son ricos, son pobres ya que tienen mucho que aprender antes de que puedan humillarse ante Mis ojos.

 

¿Cuándo aprenderéis que si el hombre coloca los placeres mundanos antes que a Mi, no podrá preparar su alma para poder entrar en Mi Nuevo Paraíso?

 

Vuestro Jesús